Cae la tarde sobre mi cerro y
la noche empieza a arropar la Sierra Morena
el Navamorquín se sonroja y la luna
le canta y le besa...
niños tocan el tambor.
Observo la escena escondida tras mi ventana y
hoy casi no te pienso... pero aún te siento.
Niños disfrazados y la luna canta
niños bailan y la sierra duerme
yo en mi rincón y las estrellas titilan
él solemne se acerca y ella, divina, le espera.
Niños, juegan eternos
mi villita duerme y mi amor se pierde...
el canto de la luna al son de los niños
se lo llevan las estrellas y muere entre amantes infinitos.
Niños lloran... el Rumblar recoge sus jugos
y mi amor se va
sabia ella no me consuela... él, imperturbable por mil años más,
no me lo devuelve, dejan que muera
lo entierran en su esencia
los astros lo guían y la noche lo envuelve
la luna le canta a la tierra y yo curiosa
observo...
ya no te pienso.
2 comentarios:
Qué nostalgia dar con lo que se ha escrito tiempo atrás, gracias por compartirlo.
¡Saludos mexicanos!
¡Qué sorpresa! bienvenida heidi! caigo por tu blog a menudo y me gusta el trabajo que haces, me parece muy interesante!
Gracias por dejarte caer!
Nos leemos!
Un beso!
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